La médica psiquiatra especialista en temas de familia y educación Miriam Grossman, invitada por la asociación civil Padres Unidos y Citizen Go, ha tenido oportunidad de exponer sus observaciones y conceptos en una intensa visita a la Argentina.
Su libro "¿Qué le están enseñando a mi hijo?" es más que adecuado en un país en el que continúa vigente el material "educativo" que adoctrina a los niños y traiciona la natural condición de primeros educadores que tienen los padres.
La Dra. Grossman ha sido tajante en el diagnóstico que no muchos abordan en torno a la ideología de género, esa afiebrada construcción que se empecina en contradecir a la naturaleza de los seres humanos, instalando que el sexo no define nada y que el género lo es todo. Define como una epidemia o pandemia la confusión de género.
En diálogo con Alberto Mora para Portal UNO y Marcha por la Vida Argentina, la Dra. Grossman sostuvo que los niños pueden tener gustos e intereses diversos y que eso no compromete su sexualidad como la ideología de género pretende imponer. Si a un niño no le gusta el fútbol o los autos no significa que haya que considerar que desea ser niña, por ejemplo. Puede parecer exagerado para algunos, pero la escuela y los padres, en muchos casos, condicionan rápidamente al niño para que su confusión se afirme y acepte un deseo que en verdad no tiene.
Sobre la base de su experiencia profesional específica sabe que la incidencia de casos reales, científicamente probados, que presentan una inclinación hacia la identidad sexual opuesta, apenas 1 en 30 o 40.000. No obstante, la Dra. Grossman alerta sobre la peligrosidad de reafirmar rápidamente una supuesta inclinación homosexual porque esa confusión puede quedar de lado al llegar a la adolescencia.
Hay contagio social
La especialista no oculta su preocupación hacia lo que considera una posibilidad de contagio social hacia la confusión. La escuela, la web e incluso el entorno directo del niño pueden empujarlo hacia esa situación y favorecer el nacimiento del problema.
La ley Nº 26.743 de Identidad de Género que existe en la Argentina desde 2012 no ayuda a los niños, sino todo lo contrario. Ellos necesitan tiempo y un entorno sano mientras crecen sin condicionamientos ideológicos, precisamente lo contrario de lo que la norma ofrece. La E.S.I. (Educación Sexual Integral) presiona la ideología transgénero desde que los niños son muy pequeños mediante juegos, proponiendo un divorcio entre el género y el sexo biológico.
Esto, que ya es complejo de entender para un adulto sólo confunde y daña a los niños, principales víctimas de planes de educación que ofrece y sostiene el Estado, con la complicidad de no pocas instituciones privadas. Lamentablemente, esta situación no reconoce fronteras y no hay país donde no eche raíces.
Si un niño llega a su casa y plantea una inclinación transgénero, los padres deben escucharlo, mantener la calma, y preguntarle qué le dijeron, que vio. Que sepan que en casa lo quieren y que es falso lo que la escuela busca imponerle en contra de la familia.
La especialista, que publicó 5 libros que han sido traducido a 11 idiomas, plantea la necesidad de formar a los padres, de empoderarlos, dado que son ellos quienes pueden tomar las decisiones correctas para proteger a sus hijos, sea reclamando ante las autoridades educativas o cambiándolos de colegio. Son los padres los que pueden enseñar a sus hijos el valor de esperar el momento más oportuno (para poner un freno al estímulo que reciben para tener una vida sexual desde chicos), los que pueden expresarles sinceros sentimientos de amor y contención, de diálogo y confianza.
Sobre el inicio temprano de la vida sexual, la Dra. Grossman destacó que las adolescentes, por su natural inmadurez en el desarrollo, están más expuestas a infecciones y enfermedades de transmisión sexual. Postergar para el momento más oportuno las relaciones sexuales no refiere sólo a un tema moral, sino a la importancia que tiene que se produzcan con el marco del amor, estableciendo vínculos fuertes. La sexualidad no es deporte, es algo serio. Y lo que se ofrece con la E.S.I. carece de valores. Esos valores sólo puede aportarlos la familia.
La Dra. Grossman es autora del libro "Perdidos en la Nación Trans. Guía de una psiquiatra infantil para salir de la locura" ("En Lost in Trans Nation. A Child Psychiatrist’s Guide Out of the Madness") que en breve será editado en castellano.