LA ARGENTINA QUE AMORDAZA LA VERDAD MERECE CIUDADANOS ACTIVOS
Martes, 28/09/2021
Hoy, 28 de Septiembre de 2021, se cumplen dos años desde que la artista plástica Lisette Feider pintara un mural a pedido de la dirección del Hospital "Parmenio Piñero" [Varela 1301, Buenos Aires] y que luego, por presiones del lobby proaborto hizo ocultar.
Lisette había presentado bocetos que, aprobados por las autoridades, la llevaron a concretar la obra.
Cuando los tres trabajos estuvieron concluidos, activistas del homicidio prenatal se quejaron porque las imágenes (especialmente la que mostraba un niño en crecimiento en el vientre materno) podía provocar "dudas" en mujeres embarazadas que buscaran abortar.
Curiosamente, el pediatra director del hospital primero buscó que la pintura no reflejara a un niño antes de nacer y luego indicó categórico que no quería fetos en el trabajo que días antes había elogiado públicamente.
A esta incomprensible situación le siguió la decisión de montar unas placas de madera con innumerables clavos sobre la obra de Feider y luego la pintura del mismo color de la pared (celeste). Luego le tocó el turno luego a los otros dos trabajos. Conclusión: Primero fue pedido, luego fue aprobado, después condicionado y finalmente CENSURADO.
Aquellos episodios impulsaron la movilización provida tanto en las redes como a las puertas del hospital que, como trascendió en los informes oficiales de la C.A.B.A. es uno de los que más niños elimina en la capital de la Argentina.
La querida artista no bajó los brazos y pintó otras obras similares en otros espacios y no son pocos los que tienen a la bebé como su imagen de perfil en su red social. Alentamos a Lisette Feider a que continúe con sus trabajos, tan dignos de aplausos y recomendación.
La verdad indiscutible de una mujer embarazada, el niño que crece en su seno y la armónica imagen de una madre con su hijo, son motivo de desprecio por parte de un lobby con muchos recursos económicos y fuertes vínculos políticos, mediáticos e internacionales.
Ante los ataques a la vida y a la dignidad, ante las perversiones propuestas a las familias, ante los proyectos de destrucción, le cabe al movimiento provida y a cada argentino de bien no dejar espacios vacíos ni en el barrio, el edificio, las entidades intermedias, la política. Los enemigos de la Argentina grande no descansan y, por lo tanto, no les cabe a sus defensores dejar para otro día lo que se puede hacer hoy mismo.